Las observaciones llevadas a cabo de un grupo de supernovas y el análisis de la luz emitida por ellas, les permitió demostrar que el universo crece de forma acelerada y no cada vez más despacio, como se creía.
Los investigadores estudiaron 50 supernovas cuya luminosidad era más débil de la esperada según los modelos teóricos, y por alguna razón parecía que estaban más lejos de lo esperado. La explicación más razonable era que la expansión del universo se estaba acelerando.
No hace mucho se creía que la gravedad podría frenar la expansión del universo, y se especulaba si su final sería una contracción final (Big Crunch), una expansión contínua pero cada vez más lenta. Hoy se sabe que el universo se expande, pero cada vez más rápido debido probablemente a una fuerza repulsiva, opuesta a la gravedad, producida por la llamada “energía oscura”.
En sus ecuaciones, Einstein proponía la existencia de una fuerza antigravitacional que contrarrestara la fuerza gravitacional de la materia y entonces mantuviera el equilibrio. Esa fuerza antigravitacional hoy en día es conocida como energía oscura y representa uno de los grandes enigmas de la física actual.
La energía oscura conforma ahora una gran parte del Universo, más del 70 por ciento. La expansión del Universo comenzó con el Big Bang hace 14 mil millones de años, y fue constante durante algunos miles de millones de años. Pero a medida que la materia se diluyó por la expansión, la energía negra se volvió dominante, y la expansión se comenzó a acelerar.
¿Hasta cuándo? ¿Y qué es la energía oscura?
Nadie lo sabe. Son preguntas cuyas respuestas conducirán a nuevos premios Nobel, con seguridad.
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